martes, 10 de julio de 2012


¿Por qué Dólar?

Cada día me cuestiono más sobre porque la sociedad argentina a nivel general le da tanta importancia al poseer dólares, como reserva de valor “incorrompible”, de riqueza, de poder económico.
Estamos en un periodo donde se deja notar una fuerte dolarización de la economía a nivel mundial, que va desde sectores como el inmobiliario que cobran y especulan en dólares, hasta gobiernos en general, que orgullosos presentan el aumento de sus reservas en dólares de los bancos centrales (por el momento dejemos de lado el hecho de que Estados Unidos los últimos años se dedicó a imprimir dólares, y en algún lugar (externo claro está), los tiene que ubicar.

¿Y cómo se logra esta idea de invulnerabilidad?

El dólar es un papel moneda como cualquier otro, que supo encontrar su valor y aceptación a nivel mundial, gracias al poder económico-militar que estados unidos supo tener.
 La palabra Supo es clave, ya que hoy en día podríamos cuestionar seriamente el poder económico que estados unidos posee realmente, y no el  obtenido mediante una herencia otorgada con el paso del tiempo.
La historicidad de poder que tiene y tuvo la moneda, es lo que hoy en día sostiene gran parte de su aparente fortaleza. Muy poca Gente o Gobiernos se negarían a tener y ahorrar en dólares, lo cual le da la posibilidad a los Estados Unidos de emitir a gusto, sin generar inflación (no al menos en su territorio), ya que con facilidad pueden “exportar” esos dólares emitidos.

El papel moneda no es más que un medio general para representar el valor como lo fue el oro, la plata, hasta las especias, utilizado para valuar las transacciones y tener un medio de cambio común, aceptado socialmente para esta tarea.
La credibilidad en el Gobierno de curso y en la economía a nivel general del país, en gran parte es quien sostiene a esta moneda, y le da mayor o menor importancia respecto de otras monedas de otros países.

De aquí se desprende uno de los principales puntos en los que quiero ahondar, que es como se determina la aceptación de una determinada moneda por parte de la sociedad.

La moneda (sea Oro, billetes o cualquier tipo de moneda) no tiene valor por sí misma, sino que como dije más arriba, la moneda es una representación del valor, y las sociedades en conjunto somos quienes determinan ese valor.
Esto es muy importante ya que si una moneda, por más que tenga el respaldo económico más sólido posible, si no es aceptada como medio de cambio no serviría en absoluto, lo cual deja en evidencia el claro impacto que tiene la sociedad en la aceptación de una moneda.
Como caso extremo, tenemos que si nadie quisiera una determinada moneda, la misma perdería el valor ya que no estaría representando al mismo.
Por lo tanto la aceptación está dada exclusivamente por la misma sociedad que la está incorporando como medio de cambio.

Aquí podemos retomar el eje del texto, que se basa en porque siendo argentinos, le damos tanta importancia a una moneda extranjera, y quitándole (Indirectamente si se quiere) valor a nuestra verdadera moneda.
Me gustaría analizar esto de diferentes enfoques que puedan exponer mi punto de vista.

El Dólar como un Bien Común
Tomando al dólar como un bien común, podríamos analizar su mercado con la simple, pero eficaz teoría del mercado de bienes de León Walras, teoría muy conocida, al menos de nombre, donde tenemos una curva de oferta y una de demanda ubicadas en dos ejes que representan la cantidad y el precio, donde ambas curvas muestran una determinada cantidad demandada y ofrecía del bien, para cada nivel de precios (podemos llamarlo Hipótesis de Oferta  y de Demanda).

En Este mercado se trabaja siempre en equilibrio, ósea donde la cantidad demandada tiene que ser igual a la cantidad ofrecida (Qd = Qo), por lo tanto, cualquier exceso en las cantidades, sea del lado de la oferta o de la demanda, se ajustan por medio del precio.

En el análisis, el mercado se supone de competencia perfecta. Hay múltiples demandantes y oferentes donde todos tienen plena información y ninguno de ellos puede interferir individualmente en el precio del bien.

Si bien es muy difícil encontrar un mercado con estas características, el mercado de divisas en particular reúne varias de las mismas de una manera bastante concreta, ya que los demandantes y los oferentes están atomizados, y no tienen poder de influir en el precio del bien, excepto claro el banco central que es quien reúne la oferta de todos los oferentes individuales previo la compra de las divisas a los mismo. La información de este mercado es completa y de fácil acceso.

Para facilitar el análisis podemos suponer una oferta Lineal (Vertical) lo que indica que en un periodo determinado, para cualquier nivel de precio la cantidad ofrecida es la misma por lo tanto lo que ajusta es la curva de demanda. Esto se aplica muy bien al caso ya que las divisas que se disponen para ofrecer en un periodo no van a ser más o menos significativamente dependiendo el precio.

Ahora si partimos de un punto de equilibrio (P1 ; Q1), donde la demanda y la oferta están igualadas, estamos en un punto que para un determinado nivel de precios, la cantidad ofrecida y demandada es la misma.
Si de repente la cantidad de gente que demanda a ese precio se incrementa (lo que pasa en la argentina hoy dia) la curva de demanda se desplaza hacia la derecha, ya que para el mismo precio (P1) tenemos una cantidad mayor demandada (Q2) lo que genera un desequilibrio, ya que la oferta sigue fija en Q1 y no tiene motivo para moverse.
Este desequilibrio transitorio nos dice Walras que ajustaría aumentando el precio (ya que al precio original tenemos un Exceso de demanda) para llegar a un nuevo punto de equilibrio en (P2 ; Q1), donde a cantidad volvió a ser la misma que al principio pero a un precio mayor, dejando así fuera del mercado a los demandantes y oferentes con menores capacidades o interés de compra.

Con todo esto lo que quiero decir es lo siguiente, si en un momento determinado todos salimos a demandar dólares, tal como hoy en dia, lo que haríamos es lo mismo recién explicado, presionaríamos sobre el precio sin poder modificar significativamente (por no decir nulamente) la cantidad ofrecida.
Tengamos en cuenta que las divisas entran mayoritariamente por las exportaciones y las inversiones extranjeras, por lo que no pueden crecer de un dia para el otro y menos aún por un aumento en la demanda de la divisa. A su vez el BCRA no puede emitir, como para evitar la suba del precio, por lo tanto un aumento en la demanda lo vemos solo reflejado en su precio.
Si este proceso lo repetimos varias veces lo que tenemos es un aumento de precios constante que a su vez se le suma ya el factor de la escases, ya que si todos quieren y están comprando siempre algún dia van a empezar a acabarse, lo que genera un aumento más importante en el precio (ya que desplaza la curva de oferta más a la izquierda.

El aumento del precio del dólar, osea el incremento del tipo de cambio, conlleva una depreciación del peso y un encarecimiento a nivel nominal de los bienes y servicios importados, lo que pasa a repercutir en la economía doméstica a nivel general.

Para hacer el análisis supongamos una economía que utiliza un solo bien importado.
Ingreso                                             1000 $
Costo del Bien                                  50 US$  o 100 $
Tipo de Cambio                                2 a 1 (Pesos a Dólares).
Capacidad de Compra                     10 Unidades del Bien.

Ahora si el Tipo de Cambio sube a 4 a 1, por el proceso de suba antes explicado, para la misma economía tenemos

Ingreso                                              1000 $
Costo del Bien                                  50 US$  o 200 $
Tipo de Cambio                                4 a 1 (Pesos a Dólares).
Capacidad de Compra                      5 Unidades del Bien.

A esta economía podemos ver que le costaría el doble obtener este bien.
¿Lo podríamos llamar Inflación?
Extendiendo este proceso al resto de los productos en la economía si, sobre todo considerando que una enorme parte de los bienes y servicios finales e intermedios, son importados o provienen de fuera del país.

Confianza de los demandantes
En una economía como la del ejemplo, podemos claramente ver como los sueldos de pierden su valor, respecto del bien analizado, extendido a toda la economía seria que pierde su valor en general.
Esto genera que para “atesorar” el valor, la gente demande otras monedas en las cuales considera que se mantiene el valor, en este caso dólares, reproduciendo el esquema antes explicado.

Esta actitud podemos considerarla como la Confianza en la moneda local. Mientras menor sea la confianza (mayor desconfianza) más se demandara moneda extranjera, (Por miedo a la depreciación) lo que producirá un aumento en el precio de la misma, una depreciación de la moneda local y un encarecimiento de los bienes y servicios, finales e intermedios provenientes del sector externo.
Esto impacta directamente en el nivel de precios de la economía en general.

De esta manera se da una suerte de profecía autocumplida, donde para salvarse de la depreciación del peso se recurre al dólar, depreciando así al peso.

Asi también, en la confianza, mejor dicho en la desconfianza en nuestro caso, influye significativamente la historia, ya que desde siempre se priorizo y se tuvo un mejor concepto del sector externo que del país propio, y asi también sucedió con la moneda.
Otro factor influyente es el de la inestabilidad que a lo largo de los últimos años demostró la economía Argentina, que siempre impacto de manera significativa en el valor real de la moneda, tirándolo para abajo.  
Todos estos factores, que brevemente mencione, influyen en el nivel de confianza en el Peso, y que en nuestro caso hay una alta desconfianza, lo cual genera que se busquen fuentes alternativas de ahorro e Inversión que no sea en pesos.

Dolarización como sinónimo de inflación
Sea cual fuere el tipo de cambio establecido, no puede ni debe impactar en la confianza en la moneda propia, porque de suceder, esto impacta directa y negativamente en aquello de lo que nos queremos salvar, ya que ante un elevado tipo de cambio, la presión de la demanda, genera que aumente aún más.

Desde este enfoque lo que se puede deducir es que la inflación, la suba en el nivel general de precios, en gran parte la estamos provocando nosotros, al tratar de salvar el valor de nuestros ahorros individuales.
Una postura además de bastante egocéntrica, podríamos decir que también insensata, ya que ahorremos como ahorremos, si vivimos en el país, todos nos manejamos con pesos, por lo que lo que gano por un lado (Dólar), lo pierdo por el otro (inflación).

El tipo de cambio está establecido para garantizar la competitividad de un país, entre otras cosa, no se puede pretender competir al nivel de las economías más grandes del mundo, ya que al igual que sucedió en los noventa, la pérdida de competitividad por tener un tipo de cambio muy bajo, género que las importaciones resulten convenientes ante que la producción propia destruyendo asi la rama de producción industrial, y elevando los niveles de deuda hasta volverse insostenibles.

Tener un Tipo de Cambio alto no significa estar en problemas, y al revés, tener un Tipo de cambio Bajo no significa estar bien (Véanse el 1 a 1...)
No deberíamos pretender influir en el establecimiento del tipo de cambio por intereses individuales, ya que trae consecuencias negativas.
A nivel macro es muy difícil sentirse uno como responsable de movimientos en la economía de esta magnitud, pero si bien un individuo solo no hace la diferencia, varios en conjunto si pueden.
Deberíamos así mismo replantearnos nuestro lugar como consumidores, inversores, ahorristas, prestamistas, y especuladores, y los impactos a gran escala que podemos tener.
Si bien es el gobierno quien lleva las riendas en cuanto al marco legal de la economía, y es quien toma ciertas decisiones, es la sociedad en conjunto quien transforma realmente la situación ya que las decisiones gubernamentales son fácilmente revocables, pero las decisiones de una sociedad no, y las mismas tienen un gran impacto en el proceso económico

Autonomía Económica
Un tema que me gustaría plantear y profundizar tal vez más es el de la autonomía económica.
Hoy en dia es muy difícil encontrar un a economía verdaderamente autónoma que tome sus propias decisiones sin rendir cuenta a ningún agente económico externo, sea un gobierno o un agente privado.
pero aun así podemos claramente distinguir diferentes grados de dependencia.

Mientras más dependa una economía de una moneda extranjera, mas depende de la economía del país emisor, y en particular de los efectos negativos, ya que la bonanza económica, por ejemplo de Estados Unidos es de ellos, y no impacta a nivel general salvo que quizás se exporte más. No obstante una crisis o recesión económica, si impacta y no solo en una disminución de las exportaciones. Por ejemplo una inflación allá repercute a nivel nominal “N” veces acá, donde “N” viene a ser el tipo de cambio, por lo tanto un país dependiente se ve más afectado por las crisis, tasas de interés que aun el país que las padece o en donde se generan.

Así mismo no deja de estar afectado por sus propias crisis, de hecho considero que se encuentra más vulnerable, ya que ante el menor signo negativo, no se fortalecen los puntos clave, sino que al contrario, el consumo, las inversiones, etc. Tienden a contraerse rápidamente en búsqueda de salvaguardar el valor, escapando a la depreciación real de la moneda. Esto se debe gracias al nivel de desconfianza a nivel general (la dependencia económica genera desconfianza, si es que no es al revés) y agudiza el periodo de crisis o de bajo crecimiento.
Por lo tanto como conclusión deducible, queda por decir que una Economía poco dependiente , es una economía más fuerte, menos propensa a las crisis y más hábil a la hora de enfrentarlas.
Y con poco dependiente me refiero a una economía que pueda fortalecer el progreso industrial, que no dependa, o dependa cada vez en menor medida, de producciones extranjeras, que no se comporte como colonia, dedicándose a la exportación de materias primas para luego comprar las manufacturas industriales de dichas materias primas, que tenga la autoridad y el peso suficiente para tomar sus decisiones monetarias de manera unilateral, sin intervenciones de agentes externos, y así mismo con cualquier decisión de relevancia, que respecte al progreso y crecimiento económico.

Para cerrar, podemos decir que la confianza, la autonomía, son palabras muy relativas, que podemos tomarlas hasta como una idea, ya que no hay un índice verdaderamente fiable para cuantificarlas, pero es necesario tener muy en cuenta que si existen, y que nosotros, la sociedad, somos quienes les dan peso.
Las soluciones están adentro nunca afuera, todos y cada uno de nosotros tenemos impacto en el proceso económico, y en el fortalecimiento o debilidad de la economía.
Jamás hay que ceder ante el avasallamiento de agentes poco interesados en el progreso, más que en el que a ellos respecta, que pretenden que se tomen decisiones para beneficio propio, siempre cualquier decisión tomada debe ser en pos de un crecimiento prolongado, sustentable, e inclusivo.

Muchas gracias por leer,
Juan.